VISIÓN
Ser reconocidos como el mejor Museo de Títeres a nivel nacional e internacional, superando las expectativas de calidad en una constante evolución
Museo Nacional del Títere
MISIÓN
Proporcionar servicios educativos de alta calidad, con profesionalismo, actitud propositiva, sentido humano, en un marco de mejora continua
Museo Nacional del Títere
VALORES
Dignidad, Ética Profesional, Integridad, Excelencia, Honestidad, Calidez Humana, Honradez, Lealtad.
Museo Nacional del Títere


Hemos creado esta sección para acompañarlos en el recorrido dentro del museo, para mayor practicidad sigan la señalización que tiene los círculos morados con las flechas blancas.
Disfruten su recorrido.
Son muchas las preguntas que nos hacen los visitantes al Museo Nacional del Títere, y las más recurrentes son: ¿Dónde y cuándo surgieron los títeres? ¿Cómo se construye un títere? y ¿Por qué el Museo en Huamantla?

El Principio
Y al principio todo era luz del fuego y oscuridad… oscuridad y luz del fuego dentro de las cuevas prehistóricas, así nacieron las sombras.
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Son tan antiguos como el hombre mismo,
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El soplo de vida a un títere

Plaza de Toros

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Guiñoleros mexicanos: Herencia invaluable.
En estas salas, nuestros visitantes admirarán personajes de esa época dorada creados por: Virginia Ruano, Pedro Carreón, Gilberto Ramírez Alvarado, Rafael Lemus, Juvenal Fernández Bravo, José Díaz, Pablo Cueto, Marco Antonio Montero todos mexicanos. Adalett Pérez Pupo (Cuba), Bruno Leone (Italia), Magdalena Rodríguez (Colombia), entre otros. Salas 4 y 8.

Titiriteros Contemporáneos .-
“El Santo, el Príncipe y el Coyote”

Asia y Oceanía
El teatro de títeres de mano en Taiwán, remonta su origen al siglo XVII en la prefectura de Quanzhou en la provincia de Fujian en la China continental. Alcanzando esplendor como arte propio, después de siglos de trabajo y dedicación. (Sala 6)

Fundación Toscano.-
"La vuelta al Mundo en 80 Muñecos"
La colección reunida por la Embajadora Carmen Moreno Toscano, en muchos años de trabajo diplomático, agrupa un gran número de figuras ornamentales procedentes de todo el mundo, construidas en distintos materiales que van de la madera a la porcelana en una verdadera variedad polícroma de etnias y orígenes. Complementa esta colección algunas marionetas mexicanas de diferentes épocas y autores. Mismas que se exhiben en este espacio dedicado a la fundación. (Sala 7)

Presea Rosete Aranda

Mictlán "El Inframundo Mexica" .-
Teatro Negro
En 1885 llega a Europa el teatro negro y pronto su técnica fue utilizada por el incipiente mundo cinematográfico para crear momentos mágicos.
En 1950, el teatro negro contemporáneo inicia su época en la región de Bohemia en la República Checa, a iniciativa del artista francés Georges Lafay quien exploró sus posibilidades y reinventó el teatro negro. Este teatro se caracteriza por el uso del escenario a oscuras con una iluminación estratégica para el juego de luces y sombras y la utilización de objetos o personajes fosforescentes.
El más famoso es quizá “El Teatro Negro de Praga”.
En esta instalación el grupo de títeres “Gato Bocarriba”, hace una interpretación libre del Mictlán de los Mexicas y otras culturas de Mesoamérica: el camino que deben seguir los muertos, para llegar al inframundo de acuerdo a su cosmogonía. (Sala 10)

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La Carpa .-
"Colección Piccolini"
Sin lugar a duda, siguiendo la tradición establecida por los Rosete Aranda y posteriormente por Carlos V Espinal y otras compañías titiriteras de la época, "Piccolini" monta obras y rutinas como: "El Circo", "Los Toros", Cuentos Clásicos y los Espectáculos Musicales de época, muestra de ello son las muy bien construidas marionetas de: Blanca Nieves, la Cenicienta, la Tempestad, Las mil y una Noches. Así también los intérpretes de la época de oro de la radio en México. Sin faltar las rutinas cómicas con títeres, rutinas bien estructuradas que hacían la delicia a los concurrentes a la carpa porque además del chiste universal eran capaces de improvisar sus rutinas de sátira ya establecidas, con los personajes locales de cada pueblo que visitaban.
Volviendo al carácter estético de las marionetas "Piccolini". El prototipo de marioneta que caracteriza esta colección podríamos afirmar es el realismo llevado al extremo en los rostros y el vestuario de casi todos sus títeres, sobre todo aquellos que tienen que ver con cuentos y espectáculos musicales, en ellos se nota el trabajo preciso de Don Joaquín Tejada tallador – escultor quien detalla, pule y define al máximo los rasgos del rostro como si fuera un santo de la iglesia católica. Sabemos que en su construcción participó junto a don Joaquín, un santero de nombre Max vecino del Barrio de Tepito en la Ciudad de México de ahí los rostros tallados en madera estucados y perfectamente pintados hasta en los detalles mínimos y casi todos con facciones occidentales sean tan similares a los de los santos en los templos católicos. La vestimenta de igual manera cumple un papel fundamental no solo en el aspecto sino también en la vocación y psicología del personaje en cuestión, de tal suerte que el trabajo en el vestuario es de una delicadeza y terminado que denotan una mano de obra meticulosa y conocedora del oficio.
Durante un periodo de tiempo considerable, las marionetas "Piccolini", transitaron el territorio nacional, ofreciendo funciones en pequeñas y grandes poblaciones cobijadas por la Carpa "Rosa María", inclusive en Huamantla, durante los días de feria la carpa era instalada en la plaza principal. Y frecuentada por don Francisco Rosete Reséndez. (Salas 11 y 12)

Donald Cordry .-
Hansel y Gretel
Decide vivir en México para continuar su trabajo de etnografía de las artes y artesanías de México. Durante su vida en México recopiló una buena cantidad de documentos y objetos, destacando una gran colección de máscara mexicanas.
Las marionetas del cuento de Hansel y Gretel fueron donadas al Museo Nacional del Títere por Dorothy Mann Cordry en 1991. (Sala 13)

Rafael Lemus .-
Titiritero de Prosapia
El maestro Rafael Lemus construyó alrededor de mil marionetas y creo su propia compañía, misma que dirigió hasta su muerte.
Bailarinas, Cantantes, Payasos, Acróbatas, Esqueletos y Princesas, entre muchos personajes más creados por él, hicieron las delicias de niños y adultos por más de 30 años. (Sala 14)

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Carlos Espinal .-
Legado "Rosete Aranda"
Considerado además como el padre del teatro de Carpa en México.
En exhibición títeres construidos por la Compañía "Carlos Espinal e Hijos", entre los años 1920-1940. (Sala 15 y 16)

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Los Aranda y los Rosete Aranda su Arte
En los inicios del siglo XIX la persecución persistente de los siglos anteriores, sumada al incipiente movimiento bélico independentista, inhibió aún más el trabajo de los titiriteros. Sin embargo, estos factores no lograron su desaparición, pero sí contribuyeron para agudizar el carácter crítico y contestatario mostrado durante el periodo colonial y consecuentemente, porque además del divertimento del pueblo, continuaron con su labor de voceros del acontecer y en ocasiones como transmisores ocultos en el movimiento de insurgencia. De tal suerte que las obras presentadas en esa época eran pequeñas y de pocos personajes, llevando información de un lado a otro con un impacto social importante, además de hacer gratos los difíciles momentos por los que pasaba la población de aquel entonces.
Después de la consumación de la Independencia de México, el 27 de septiembre de 1821, las guerras intestinas continuaron por varios años más, intentando establecer un gobierno que satisficiera tanto a insurgentes como a realistas (conservadores y liberales). Así, surgió primero el Imperio de Agustín de Iturbide y, después, la República, con Guadalupe Victoria como primer presidente. Posteriormente, los constantes cambios de presidentes, todos mediante gresca militar, desembocaron en las invasiones de nuestro país: primero por los Estados Unidos (1847) y luego por Francia (1862-1867), con Napoleón III imponiendo como emperador a Maximiliano. Benito Juárez y, después de él, varias propuestas fallidas, hasta llegar a Porfirio Díaz.
Huamantla, por su ubicación geográfica, ha sido el paso obligado del Golfo de México (Veracruz) al centro del país desde tiempos inmemoriales. Por tanto, a lo largo de la historia ha sido testigo y, en algunos casos, partícipe de un sinnúmero de acontecimientos históricos de diversa índole: militares, políticos, sociales y religiosos. Esto hizo que se convirtiera en el centro receptor de diversas y múltiples manifestaciones de cultura y arte de distintos puntos del mundo, en distintas épocas y aún en el presente.
Es precisamente en este contexto geográfico e histórico (1835) que los hermanos Aranda (Hermenegildo, Julián, Buenaventura y María de la Luz) aparecen en el mundo del teatro de títeres. Conocidos ya en la ciudad de Huamantla por su talento en la manufactura de textiles y modelado en barro, sorprendieron en las fiestas decembrinas de ese año a sus paisanos, quienes esperaban ver en la parroquia de San Luis Obispo un tradicional nacimiento, pero lo que encontraron fueron figuras articuladas, con movimiento (movidas con un alambre sobre la cabeza y las manos de los Aranda) y parlantes: una pastorela que sustituyó al tradicional nacimiento. A partir de este hecho, los hermanos Aranda iniciaron su camino en el teatro de títeres, ofreciendo funciones con montajes de cuentos populares de la época en los corrales de teatro, casas y haciendas de la ciudad de Huamantla y sus alrededores. Su fama creció, así como su habilidad para el manejo de las marionetas, en las que innovaron y mejoraron la técnica de animación con el diseño de la cruceta que llegó a conocerse como "Cruceta Mexicana", gracias a las enseñanzas de Margarito Aquino, "Margarage", un italiano llegado a estas tierras, quien, a pesar de (aparentemente) no ser titiritero, llevaba consigo el conocimiento suficiente, producto de su afición por los títeres y de la gran tradición titiritera italiana.
En la construcción de las marionetas, avanzaron con el cambio de barro por madera, haciéndolas de ayacahuite y colorín. También las telas para el vestuario de los muñecos tuvieron cambios para hacer más reales sus puestas en escena, apoyados siempre en la experiencia del italiano. Esta experiencia, que años después a iniciativa de María de la Luz Aranda, les transmitió a sus hijos: Leandro, Tomás, Felipe y Adrián. El talento creativo innato de los hermanos Aranda, alentado por la lectura y el apoyo de Aquino, de sus tíos Aranda, de su madre María de la Luz y de sus coterráneos, contribuyó para que escribieran sus propias obras y desarrollaran espectáculos completos. De tal suerte que, en los siguientes años, los Aranda se presentaron en ciudades como Jalapa, Puebla y México, con tal éxito que decidieron establecerse en San Agustín de las Cuevas, hoy Tlalpan, donde instalaron una carpa en la que ofrecían funciones para el público local y los numerosos visitantes de fin de semana. También se presentaron en los salones de títeres del centro de la Ciudad de México.
Ya como familia Rosete Aranda, derivado del matrimonio de María de la Luz Aranda con Antonio Rosete en 1850, continuaron su ascenso y popularidad. Fue en 1869 cuando se constituyeron formalmente como la "Compañía Nacional Mexicana de Autómatas Rosete Aranda". Con los jóvenes hermanos Rosete Aranda completamente integrados a la compañía, la creatividad se multiplicó exponencialmente, al tiempo que su trabajo los llevó a recorrer con sus espectaculares títeres todo el país, además de Estados Unidos y Centroamérica. Vivieron largos años de creciente éxito y fama, presentándose en teatros de primera con su amplio repertorio de obras y espectáculos; 285 mencionan los investigadores. Destacamos: "La Verbena de la Paloma", "El Circo Orrin", con Mr. Bell como estrella, "La Pelea de Gallos", "Corrida de Toros", Desfile militar del 16 de septiembre con la representación del "Grito de Dolores", las coplas de don Simón interpretadas por doña Pascarroncita Verde Gay Mastuerzo, acompañada al piano por doña Circuncisión, y por supuesto, la arenga del "Vale Coyote". Todos, personajes emblemáticos de los Rosete Aranda. (Salas 17, 18, 19 y 20)

Sala 21

Sala 22
Al principio realizaban sus funciones en su casa y después en festejos locales.
Al paso del tiempo la fama de la dinastía Rosete Aranda creció, a sus espectáculos asistieron personajes como Antonio López de Santa Anna y Francisco I. Madero; además el presidente Juárez invitó a los titiriteros al Palacio Nacional a representar sus cuadros costumbristas.
Al paso del tiempo la fama de la dinastía Rosete Aranda creció, a sus espectáculos asistieron personajes como Antonio López de Santa Anna y Francisco I. Madero; además el presidente Juárez invitó a los titiriteros al Palacio Nacional a representar sus cuadros costumbristas.
Compañía Nacional de Autómatas Hermanos Rosete Aranda
Compañía Nacional de Autómatas Hermanos Rosete Aranda
Escritores afamados de la época, como Manuel Gutiérrez Nájera y Guillermo Prieto, hicieron referencia a la compañía en diversos textos. Ignacio Manuel Altamirano, en el "Diario de la República" escribió el 28 de noviembre de 1880:
Escritores afamados de la época, como Manuel Gutiérrez Nájera y Guillermo Prieto, hicieron referencia a la compañía en diversos textos. Ignacio Manuel Altamirano, en el "Diario de la República" escribió el 28 de noviembre de 1880:
La novedad, en nuestro concepto, la única que puede llamar la atención en estos días de noviembre y en los de diciembre, se haya -¡quien lo creyera!- en el teatrito de América, en los altos del antiguo Seminario, en el viejo y destartalado salón al que se sube por tres escaleras empinadas e incómodas. ¡Los Títeres!, ¿lo oís?, los títeres!...
Lo que hay de sorprendente, es la habilidad suma con que son imitados los movimientos humanos y los de los animales. Hay, entre otros cuadros, el de una pelea de gallos que rivaliza con la realidad. Con Razón la numerosísima concurrencia de todas las noches pide siempre la pelea de gallos. Las pobres aves, enfurecidas, alzan golilla, combaten como si un pequeño demonio interior las agitara...
Ignacio Manuel Altamirano, 1880.
Para 1894, contaban con su propia imprenta en la ciudad de Huamantla, para hacer su propaganda y editar algunas piezas literarias que formaban parte de su actos (actualmente en el Museo Nacional del Títere, MUNATI, existen testimonios de programas que se vendían a 6 centavos) como el Discurso del Vale Coyote, personaje que sirvió de inspiración a Mario Moreno para crear su personaje de Cantinflas, y las Coplas de don Simón, cuya frase final se volvió de uso popular para denotar las desenfrenos de los tiempos modernos: "¡Ay qué tiempos, señor don Simón!", misma que hace mención Joaquín Pardavé en una afamada película.
De regreso a la Ciudad de México, en 1900, inauguran con su espectáculo el teatro Variedades de la Calle de Ayuntamiento, donde después se fundaría la estación de radio XEW.
En octubre de 1909 muere Leandro Rosete, hecho que causó consternación en todo el país, don Francisco I. Madero envió dos coronas al sepelio como condolencias a la viuda María de la Luz, quien quedó al frente de la compañía continuando con las funciones por todo el país.
Dos años después muere Tomás Rosete.
A principios de 1912 la compañía toma un breve receso en Huamantla, a fin de reparar los títeres, las escenografías, la utilería y ensayar nuevos actos.
Los Hijos de María de la Luz y Antonio, de nombres Leandro, Tomás, Felipe y Adrián se colocan al frente de la exitosa compañía titiritera, en ese momento llegaron a tener mil trescientos muñecos o figuras y para el año 1900 la cantidad llegó a más de cinco mil marionetas.
Leandro se casó en Huamantla con María de la Luz el 14 de noviembre de 1883 y procrean varios hijos, entre ellos Francisco que continuaría más tarde la tradición de la familia Rosete Aranda
Crearon, en más de un siglo de existencia, más de 250 actos diferentes de gran complejidad como "La tempestad en el mar y el naufragio de un barco", donde el feroz viento rompía los mástiles, las velas se desgajaban, el timón salía por los aires, las olas barrían la cubierta, hasta que finalmente se hundía la embarcación y se veía cómo llegaban sus restos hasta el fondo del mar. Son incontables también sus populares personajes que hacían la delicia de chicos y grandes.
En febrero de 1941 la compañía de Títeres de los Hermanos Rosete Aranda cerró sus puertas y los títeres fueron guardados por don Francisco Rosete Aranda en su casona de Huamantla, más tarde en 1943 los títeres fueron vendidos casi en su totalidad a Carlos Espinal, radicado en la Ciudad de Puebla, y otros pasaron a ser propiedad de museos y coleccionistas particulares.
Con Carlos Espinal vuelven a resurgir estos títeres que se presentaban en todo el país, en la radio y en los inicios de la televisión, aún con el nombre de "Títeres Rosete Aranda empresa de Carlos V. Espinal e Hijos"; en 1961 fallece Espinal y los títeres continúan un año más presentándose al público.
De esa vasta colección aún es posible admirar en algunos museos: Museo "Rafael Coronel" de Zacatecas; Museo Nacional de Títere (MUNATI) en Huamantla, Tlax. y en el Museo Casa del Títere Marionetas Mexicanas en Puebla. Por un tiempo varios muñecos estuvieron también en el museo La Casa de los Títeres de Monterrey.
Por fortuna, un grupo de visionarios con el apoyo del Gobierno Estatal inician las gestiones para adquirir una casa en pleno centro histórico de Huamantla para establecer un museo y obviamente adquirir los afamados títeres Rosete Aranda para ser exhibidos.
El 9 de agosto de 1991 se realiza la inauguración del Museo Nacional del Títere "Rosete Aranda", MUNATI, en Huamantla, por la entonces Gobernadora Beatriz Paredes Rangel.
En su inauguración, el maestro titiritero Javier Villafañe, reconocido poeta y escritor de cuentos expresó: "el más bello museo del títere que he visto mi vida"; mientras que la maestra Concha de la Casa, directora del centro de información y documentación de los Títeres en Bilbao, España, opinó "es uno de los pocos que existen en su género, en el mundo entero".
Para 1894, contaban con su propia imprenta en la ciudad de Huamantla, para hacer su propaganda y editar algunas piezas literarias que formaban parte de su actos (actualmente en el Museo Nacional del Títere, MUNATI, existen testimonios de programas que se vendían a 6 centavos) como el Discurso del Vale Coyote, personaje que sirvió de inspiración a Mario Moreno para crear su personaje de Cantinflas, y las Coplas de don Simón, cuya frase final se volvió de uso popular para denotar las desenfrenos de los tiempos modernos: "¡Ay qué tiempos, señor don Simón!", misma que hace mención Joaquín Pardavé en una afamada película.
De regreso a la Ciudad de México, en 1900, inauguran con su espectáculo el teatro Variedades de la Calle de Ayuntamiento, donde después se fundaría la estación de radio XEW.
En octubre de 1909 muere Leandro Rosete, hecho que causó consternación en todo el país, don Francisco I. Madero envió dos coronas al sepelio como condolencias a la viuda María de la Luz, quien quedó al frente de la compañía continuando con las funciones por todo el país.
Dos años después muere Tomás Rosete.
A principios de 1912 la compañía toma un breve receso en Huamantla, a fin de reparar los títeres, las escenografías, la utilería y ensayar nuevos actos.
Los Hijos de María de la Luz y Antonio, de nombres Leandro, Tomás, Felipe y Adrián se colocan al frente de la exitosa compañía titiritera, en ese momento llegaron a tener mil trescientos muñecos o figuras y para el año 1900 la cantidad llegó a más de cinco mil marionetas.
Leandro se casó en Huamantla con María de la Luz el 14 de noviembre de 1883 y procrean varios hijos, entre ellos Francisco que continuaría más tarde la tradición de la familia Rosete Aranda
Crearon, en más de un siglo de existencia, más de 250 actos diferentes de gran complejidad como "La tempestad en el mar y el naufragio de un barco", donde el feroz viento rompía los mástiles, las velas se desgajaban, el timón salía por los aires, las olas barrían la cubierta, hasta que finalmente se hundía la embarcación y se veía cómo llegaban sus restos hasta el fondo del mar. Son incontables también sus populares personajes que hacían la delicia de chicos y grandes.
En febrero de 1941 la compañía de Títeres de los Hermanos Rosete Aranda cerró sus puertas y los títeres fueron guardados por don Francisco Rosete Aranda en su casona de Huamantla, más tarde en 1943 los títeres fueron vendidos casi en su totalidad a Carlos Espinal, radicado en la Ciudad de Puebla, y otros pasaron a ser propiedad de museos y coleccionistas particulares.
Con Carlos Espinal vuelven a resurgir estos títeres que se presentaban en todo el país, en la radio y en los inicios de la televisión, aún con el nombre de "Títeres Rosete Aranda empresa de Carlos V. Espinal e Hijos"; en 1961 fallece Espinal y los títeres continúan un año más presentándose al público.
De esa vasta colección aún es posible admirar en algunos museos: Museo "Rafael Coronel" de Zacatecas; Museo Nacional de Títere (MUNATI) en Huamantla, Tlax. y en el Museo Casa del Títere Marionetas Mexicanas en Puebla. Por un tiempo varios muñecos estuvieron también en el museo La Casa de los Títeres de Monterrey.
Por fortuna, un grupo de visionarios con el apoyo del Gobierno Estatal inician las gestiones para adquirir una casa en pleno centro histórico de Huamantla para establecer un museo y obviamente adquirir los afamados títeres Rosete Aranda para ser exhibidos.
El 9 de agosto de 1991 se realiza la inauguración del Museo Nacional del Títere "Rosete Aranda", MUNATI, en Huamantla, por la entonces Gobernadora Beatriz Paredes, bajo la museografía del maestro Gilberto Kapellman.
En su inauguración, el maestro titiritero Javier Villafañe, reconocido poeta y escritor de cuentos expresó: "el más bello museo del títere que he visto mi vida"; mientras que la maestra Concha de la Casa, directora del centro de información y documentación de los Títeres en Bilbao, España, opinó "es uno de los pocos que existen en su género, en el mundo entero".
Otra mejora importante al edificio y acervo fue realizada bajo la administración del gobernador de Tlaxcala, Mariano González.
En 2013 se amplió el espacio museístico con la anexión de la casa contigua, sede por muchos años de los juzgados locales en Huamantla, y la adaptación de un teatro al aire libre, instalaciones sanitarias, espacio para tienda de artesanías y cafetería; se adecuó un nuevo repositorio, un espacio nuevo para talleres y la remodelación de un teatro con 80 butacas.
En 2017 se adaptó una sala con carteles del Festival Internacional del Títere (FIT), en ella se cuenta el origen del festival que inició en el año de 1983, en cuyo marco se hace entrega del Premio "Rosete Aranda" a destacados titiriteros que han dedicado su vida a este arte.
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